Los granos al diván: el análisis de la semana SOFÍA CORINA

El año 2016 finaliza con lluvias en demasía que dejaron tecleando a los cultivos en las zonas de centro del país. Sin embargo, fue un gran alivio para las áreas que recibieron milimetrajes del orden de los 100 mm. Situaciones ambiguas que encienden una incógnita en el número final de producción de soja.
Los imprescindibles de la semana. Un resumen de la actividad en el mercado de granos durante las últimas sesiones, desde el core del negocio: entérate de los factores más relevantes que movieron el Mercado Físico de Granos de Rosario y el mercado de referencia, Chicago, en sólo 5 minutos de lectura. 

* El sector exportador alcanza las 4,6 millones de toneladas compradas de #trigo, mientras que la campaña pasada a esta altura del año las compras totalizaban solo 1 millón de toneladas. En tanto, las declaraciones juradas de ventas al exterior para el ciclo 2016/17 ascendieron en una semana aproximadamente 1 millón de toneladas, totalizando 3,14 millones de toneladas, según las cifras de la UCESCI.

* Las negociaciones con #trigo mermaron esta semana en el #MFGR (Mercado Físico de Granos de Rosario). El precio de trigo cámara retrocedió $ 100/t luego de tocar sus máximos de $ 2.500/t la semana pasada. En tanto, los premios por calidad (proteína 10,5% y PH 78) mantuvieron los mismos niveles de precios de $ 2.550/t. El valor destacado fue el precio forward febrero/marzo que tocó los u$s 160/t, marcando una suba de u$s 5 respecto a la última semana. 
 
* La #soja perdió vuelo esta semana en el #MFGR, siguiendo la tendencia bajista de Chicago. Los valores de compra en el recinto fluctuaron en el rango de los $ 4.000 y 4.100/t, destacando al día martes 27/12 como el más activo en cuanto a negociaciones. La demanda lleva adquirida 44,3 millones de toneladas de soja en la actual campaña comercial, frente a las 48,9 millones del ciclo anterior. Sin embargo, las importaciones de soja principalmente de Paraguay suman 6,5 millones de toneladas más al circuito comercial.

* Según reportó el Ministerio de Agroindustria, la producción de #aceite de soja en Argentina trepó un 8,5 % entre enero y noviembre, llegando a 8,01 millones de toneladas. Se industrializaron 41,1 millones de toneladas de soja en los primeros once meses del año, es decir una suba de 7,23% respecto al año anterior.  Por su parte, la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) informó que la producción de #biodiesel argentino a base de soja tocaría un nivel récord de 2,7 millones de toneladas, representando un 50 % más que el ciclo previo. 

* El sector exportador de #maíz ha declarado ventas al exterior por 21,5 millones de toneladas, llegando casi a completar su necesidad de mercadería. En este contexto, en el #MFGR el cereal obtuvo muy poca actividad comercial esta semana, más aún con un consumo retirado de la operatoria y con precios en torno a los $ 2.600/t que no seducen las ventas por parte de los productores. 

* El contrato de soja de enero en #Chicago finaliza en u$s 368,6/t, apuntando una caída diaria de u$s 1,3/t por ventas técnicas y una prima climática en Sudamérica que no dio impulso. Si nos retrotraemos a los  u$s 317,6/t de enero del 2016 en un panorama de cosecha record absoluta, los precios indefectiblemente se sostienen por la demanda de gigante asiático. 

* La escalada de la moneda americana en Estados Unidos le imprimió presión a los granos en Chicago. Las expectativas de reactivación económica en Estados Unido impulsó una suba del #dólar a sus máximos de los últimos 14 años. Este hecho acotó posibles subas en las cotizaciones por la prima climática en Sudamérica. 


La imagen de la semana 

Otra semana donde las condiciones atmosféricas fueron protagonistas. Las lluvias han dejado una diversidad de paisajes que abren una incógnita sobre el impacto final en la producción Argentina. 

Finalmente las ansiadas lluvias llegaron en vísperas de Navidad pero en forma de bombazos de agua que colapsaron los suelos de algunas regiones. La situación más preocupante es la cuenca de Arrecifes,  que luego de superar los 250 mm en tres días, se desencadenaron inundaciones en poblados y campos enteros. Los suelos del sur cordobés y sur de Santa Fe, que hace una semana atrás acusaban sequía, ahora también desbordaron de agua, transformando caminos en ríos. Si bien es apresurado estimar pérdidas, hay altas probabilidades que los relieves bajos y los lotes aledaños a los ríos presenten podredumbre y consecuente muerte de plantas, especialmente del cultivo de soja. Por otro lado, los suelos con pendientes son seriamente afectados por erosión hídrica; proceso en el cual los nutrientes esenciales para el desarrollo de los cultivos son arrastrados por el agua.

La contracara de esta situación de excesos es el sur de la provincia de Buenos Aires. En esta zona, que si bien no es clave en la producción de soja, podría restar superficie de la oleaginosa de las estimaciones 2016/17. La escasez de humedad imposibilita la siembra y el condimento adicional de riesgo lo agrega la estrecha ventana de implantación (delimitada por las probabilidades de heladas tempranas) característica de la porción sur de los suelos agrícolas del país. 

Ahora bien, si reducimos el zoom a los eventos particulares, y nos retrotraemos a los hechos históricos, las sequías son más perjudiciales que las inundaciones. Esto es así porque las lluvias abundantes generan situaciones ambiguas; altas pérdidas de áreas en bajos y beneficios en las zonas altas (siempre y cuando el cultivo no se encuentre en madurez de cosecha). Mientras que las sequías son sinónimos de pérdida de rinde. 


Como puede observarse en el mapa de reservas de agua de la Guía Estratégica para el Agro, las zonas con tonalidades en verdes fueron las más beneficiadas por el evento climático y podrían generar un “efecto compensación” respecto a las pérdidas en los relieves bajas. Resta por evaluar el impacto en los sectores anegados a medida que escurra el agua. Los factores que juegan a favor de la estabilización del balance hídrico son, por una lado, la altísima demanda atmosférica por parte las temperaturas extremas, y por el otro, los estadios fenológicos  de los cultivos de veranos que son exigentes en agua. Incluso, aquellos lotes sin acceso a la napa volverían a necesitar de lluvias dentro de los próximos 15 días.